lunes, julio 09, 2018

El primer amor en secundaria.


Hoy quiero contarles sobre una experiencia que cambió mi vida en secundaria, y que seguramente a muchos nos ha pasado... El primer amor.





Les contaré esta historia desde el comienzo.


El primer año de secundaria ingresé a un colegio nuevo, y yo iba el primer día con mucha energia dispuesta a cambiar mi historia... porque en mi anterior colegio sufrí de bullyng (Pero esa es otra historia). Estaba dispuesta a hacer muchos amigos y pasarlo bien, y sobretodo no dejar que nada ni nadie pasara sobre mi (esas eran las cosas que tenia en mente en aquel momento).

Cuando ingresé al salon de clases ví a un chico interesante, y creanlo o no, fue como la escena de una pelicula (o un anime), el tiempo se detuvo por un instante y deje de escuchar todo sonido a mi alrededor... Pero cuando me dí cuenta de lo idiota que me debia ver parada en la puerta, me dirigí a buscar un asiento.

En un comienzo no quise hacer mucho caso a mis sentimientos, si me preguntaban que si él me gustaba (que era evidente) yo lo negaba... y es que era mi primera experiencia amorosa, yo no sabia como reaccionar a ese tipo de cosas... Así que con él era muy Tsundere... me la pasaba peleando con él sin motivo aparente y cosas así.


Adicionalmente a todo, habia un problema con él... y es que era un mujeriego, coqueteaba con tooodaas las chicas del salon, ¿Como podía fijarme en alguien así? ... pero lamentablemente el corazón no se fija en esas cosas.

Pasó mucho tiempo hasta que finalmente comencé a aceptar que él en realidad me gustaba, y comenzamos a irnos juntos a casa, por que además eramos vecinos... Y luego el empezó a ir a mi casa, se hizo amigo de mi hermano, y resulto que nuestros Padres también eran amigos... Así que ambas familias estaban muy de acuerdo con una relación entre nosotros... pero en realidad entre nosotros no habia nada...

En un momento él se tuvo que ir a otra escuela en otra ciudad... Yo estuve muy triste luego de eso, y cuando ya no esperaba volverlo a ver, regresó... En ese momento me decidí más a luchar por mis sentimientos y me confesé... pero él me dijo que solo me veia como una amiga porque yo era muy tierna e inocente... Eso por alguna razón lo sentí casi como un insulto, y busqué de todos los medios demostrarle que yo no era "tierna e inocente", pero solo logré que tuvieramos algo así como una relación de amigos con derechos.


Pasaba el tiempo y nuestra relación no avanzaba y eso a mi no me agradaba... Además el seguia siendo un mujeriego (aunque eso, no sé porque extraña razón, a mi no me importaba)... Pero un día decidí que si el podía coquetear con cualquiera yo también podia hacerlo (y no me siento orgullosa de eso)... Nunca tuve nada con nadie, aparte de un beso y una relación esporádica (pero eso es otra historia), tan solo coqueteaba con los chicos, creo que era mi acto de protesta y rebeldia contra lo que sucedia. Y aunque él lo negaba se notaba que le daba algo de celos.

Por otra parte, yo me volví su confidente... Conocia todos sus secretos, sus pro y sus contras... y aun así seguia queriendolo.

Y en todo esto que les he contado, paso toda mi secundaria, y finalmente nos graduamos... él se fue a estudiar a la universidad en otra ciudad y yo me quedé a estudiar en la universidad de mi ciudad... Al comienzo me sentí muy triste pero poco a poco lo fui aceptando, y un día ya no me importó más.

Pero seis meses más tarde el regresó, y me dijo que me queria, que le gustaba y que queria intentarlo ahora si enserio conmigo... pero en ese momento reflexioné sobre todo lo que habia pasado, toda la secundaria enamorada de él, y él nunca me hizo caso, además era un mujeriego... Y lo más importante, yo ya no lo queria, o almenos no de esa forma. Lo miré a los ojos y se lo dije clara y amablemente, que ya habia perdido su oportunidad.


Tiempo después el siguió buscandome, me dedicaba canciones, me invitaba a lugares especiales para él, e incluso me hizo alguna propuesta indecente... Pero simplemente él habia tenido una gran oportunidad y no la habia tomado, ahora ya era demasiado tarde.

Sin embargo, son recuerdos que atesoro con cariño y que me ayudaron para aprender muchas cosas. De lo que deberia y no deberia hacer, de que las oportunidades solo se dan una vez en la vida, y de que hay que valorarnos a nosotros mismos y a nuestros sentimientos.

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